En este curso 2020-2021, en plena pandemia, he tenido la gran oportunidad y reto personal de compaginar mis habituales proyectos SIG y trabajos científico-técnicos sobre temas geográficos, biológicos y/o ambientales, con clases de Geografía e Historia en 1º de la ESO y una asignatura, que muchos no conoceréis, llamada Educación para la Ciudadanía de 2º de la ESO.
Como muchos sabréis, así lo expongo en mi presentación y en algunas entradas anteriores, la formación es una de las actividades profesionales que más me atraen. Ha sido muy gratificante poder volver a trabajar con climas y paisajes del mundo, formas del relieve, localizaciones geográficas, estructuras de la tierra y atmósfera, …. Así como, hacer un viaje en el tiempo a la prehistoria y las culturas de Egipto, Grecia y Roma. No sé si habré sido el mejor “profe” de “GeH”, solo espero que no se hayan ido con la idea de que es una asignatura “peñazo” en la que hay que memorizar nombres y fechas que no valen para nada….
Así mismo, espero que a mis alumnos de Educación para la Ciudadanía les haya despertado un poco el espíritu crítico, conocimiento de que no son el ombligo del mundo, sino que hay otras realidades ahí fuera. No me cansaré de repetirles que tenemos una casa común que como ciudadanos tenemos la responsabilidad colectiva de cuidar y convivir tanto con las personas que la habitan como con el planeta en el que vivimos.

A pesar que mi garganta al final del curso dio un traspiés importante que me impidió terminar el curso con toda la normalidad que me hubiera gustado, me quedo con esos ojos ilusionantes de mis más de 100 niños con los que he compartido la dureza de este año, y que bajo la omnipresente mascarilla, se intuían las sonrisas de todos ellos. Me quedo con los momentos buenos, ver la evolución de los alumnos, las preguntas en clase que demostraban gran interés y curiosidad, las conversaciones más distendidas de los recreos o cuando te entregaban trabajos que por su originalidad, esfuerzo y dedicación te dejan con la boca abierta. También ha habido riñas y momentos malos, pero esos se olvidan rápidamente.
La verdad es que desde este mi pequeño altavoz al mundo, quiero dar la ENHORABUENA a todos los profesores y personal educativo de toda la enseñanza en general, que han sabido, con gran éxito, luchar, adaptarse y sobrellevar un año muy duro cargado de restricciones, normas cambiantes y limitaciones que son bien sabidas por todos, como dar la clase con mascarilla, ventanas abiertas, grupos burbuja…. ¿alguien se ha planteado lo difícil que puede ser separar a más de 300 niños de 12 a 16 años en un patio en su única media hora de esparcimiento??
No puedo terminar este post sin dar las gracias a Gloria y Consuelo, por confiar en mí para esta tarea tan importante, y a todos los compañeros del colegio FEC Sagrada Familia, por su gran acogida desde el primer momento, no es casual que esa calidad humana y profesional se concentre en torno a una institución que su lema es “trabajo, fe y amor”.
Un comentario sobre “Un año de profesor de Geografía e Historia”
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